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MUJERESASESINASYMALTRATADORAS

MATA A SU NOVIO Y LE DEJA TODA LA NOCHE EN LA TERRAZA

Mercedes y Ramón vivían juntos en Getafe. Eran conocidos por su relación conflictiva

6 Junio 10 - Madrid - Laura L. Álvarez

Ramón llevaba una temporada en paro. Antes, trabajaba en la construcción aunque solía decir que pertenecía al Cuerpo Nacional de Policía. Tampoco se relacionaba con mucha gente en el barrio de Juan de la Cierva,  en Getafe, donde vivía con Mercedes desde hacía dos años.

Ambos eran conocidos en el barrio por su aspecto de toxicómanos y sus continuas broncas. Era ella, en este caso, la  que gritaba y él quien adoptaba el papel de sumiso. Cuentan algunos conocidos que lo suyo era una relación de dependencia mutua, de amor-odio. Él tenía 47 años, uno más que ella. Los vecinos del número 1 de la calle Barberán y Collar, donde residía la pareja, aseguran que Mercedes era capaz de estar gritando un día entero hasta quedarse afónica. A él, jamás le oyeron. Sin embargo, ella  le había denunciado en dos ocasiones por malos tratos pero a Mercedes también la habían visto salir en más de una ocasión del portal esposada, la última ayer, cuando ya había acabado con la vida de su pareja. 

A nadie le sorprendió la noticia. «Se veía venir» era la frase más pronunciada ayer en el barrio Juan de la Cierva. Ocurrió la noche del sábado. A eso de las 9:30 de la noche una vecina de enfrente vio a Ramón sentado cerca del portal. «Tenía aspecto de estar ya muy cansado y pensé: ‘normal que prefiera estar aquí abajo que arriba con esa loca’. Me dieron ganas de decirle: ‘Espabila tío, déjalo ya, ¿hasta cuando vas a seguir aguantando?’», explica esta mujer, que probablemente fue la última persona que reparó en su presencia.

Denuncias por maltrato
Llevaban tres días muy mal, discutiendo sin parar y los insultos de ella ya no tenían límite. «Le recriminaba constantemente lo ‘poco hombre’ que era y que ésa era su casa. A él sólo le escuché decir: ‘Tranquila, que un día de estos, recojo mi ropa y me voy’».

 Pero no cumplió a tiempo su promesa y Mercedes, en un ataque más de ira, terminó clavándole un cuchillo por la espalda. Él permaneció toda la noche en la terraza, sentado en el suelo y apoyado en la barandilla. Ya estaba muerto cuando esta vecina le vio allí. Mercedes estaba a su lado, sentada en una silla y hablándole. «No sé que le diría pero no gritaba. Esta mañana, cuando le vi en la misma postura, se me hizo rarísimo».

Fue Mercedes la que a las 8:30 de la mañana llamó a la Policía. La sala del 092 de Getafe recibió la llamada de una mujer comunicando que su pareja estaba muerta en la terraza. Un radiopatrulla de Getafe se dirigió hasta el lugar, donde también acudieron los servicios sanitarios, según explicó un portavoz del Summa. Sin embargo, el médico sólo pudo confirmar la muerte del hombre y, por eso, no movió el cuerpo, a la espera de que llegara la comisión judicial y realizaran su trabajo. No vio, por tanto, la herida por arma blanca que presentaba en la parte escapular izquierda a la altura del pecho (en la zona del omóplato). 

En un primer momento, la mujer dio al coche radiopatrulla una versión contradictoria pero al ser interrogada por los agentes del Grupo V de Homicidios de Guardia de la Brigada Provincial de Policía Judicial confesó que había matado a su pareja la tarde del día anterior. Después de tomarle declaración en dependencias judiciales, Mercedes pasará a disposición judicial.

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